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De nuevo más pánico


“Hay peligro de caer en una nueva recesión”. Esto declaraba hace unos días la directora del FMI, Cristine Lagarde (por cierto condenada por un tribunal francés de abuso de poder), ante la amenaza de que la contracción consumista por parte de las potencias emergentes derivara en una nueva recaída de esta interminable estafa. Perdón quería decir crisis.

Todo esto sirve para demostrar que los interminables recortes sociales, privatizaciones y demás medidas de contracción de gasto público no han servido para nada. Bueno si para enriquecer a las plutocracias financieras y las oligarquías empresariales. Ahora el pensamiento único observando que sus tesis pseudocientíficas no logran los objetivos marcados se debate en adoptar medidas que desde hace tiempo se reclamaban por las voces críticas. Una de ellas es la creación de eurobonos. En sí es una medida loable y profundamente necesaria, pero no es suficiente mientras se perpetuán los ajustes draconianos .Esta medida era apoyada en el manifiesto publicado por los “sabios” de la UE, que en si es una simple tomadura de pelo ¿Por qué? Por la presencia de la santísima trinidad: Schröder, González y Blair. Ellos impulsadores de esa tercera vía, causante de la inmolación ideológica de la izquierda mediática, pretenden (con sus elevados sueldos) darnos lecciones cuando deberían cerrar la boca porque su conversión ideológica al servicio del capital les deslegitima de cualquier sugerencia.

El neoliberalismo parece cuestionarse tímidamente. El panorama que se avecina es puramente desolador. Los especuladores  (mercados) atacaran con voracidad a los estados en una demostración de fuerza, y de imposición total de los dogmas del mercado. Por eso hacen falta menos gestos, consejos y más determinación política. ¿Porque saciarlos? Tenemos que atacarlos con prohibiciones como la de  especular a la baja. Como la prohibición de los Hege Funds, centros off-shore y demás instrumentos financieros. Hace falta una banca pública, y si es conveniente (que se antoja que si) nacionalizar la privada.  No es una medida comunista, (¿que por cierto que pasa si lo es?) es un gesto de justicia poética porque ya que cargamos con la losa intolerable de la deuda privada reconvertida en pública, que sus beneficios los gocemos todos.

Keynes y Marx tienen que resurgir. Es necesaria la  economía heterodoxa, y dejarse del fundamentalismo ortodoxo, que sin lugar a dudas y viendo el trascurso eco-político, nos conducirá a una nueva crisis dentro de la recesión padecida. Solo desde la izquierda, desde Keynes y Marx podemos salir a flote de esta crisis económica. Porque si no salimos de esta nos viene encima más crisis: la ecológica, la alimentaria y la energética. Y estas son más voraces que las otras ya que sus efectos comienzan o acrecentarse como por ejemplo la hambruna somalí o el deshielo constante en el polo. Estas crisis son causa de la que padecemos hoy en día. O cambiamos de modelo, o bienvenidos al averno.

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